Si Mahoma no va a la montaña...
Ahí está nuestra dedicatoria
Si Edurne no puede venir a vernos... nosotros vamos a verla. Y así fue, nos juntamos un buen grupo de las dos clases, con familias y amigos ocupamos las dos primeras filas del Palacio de Festivales. Más de dos horas estuvimos escuchando a Edurne y viendo sus imágenes. Fue algo enorme, tanto como sus logros. Conocimos a la mejor alpinista y descubrimos a una gran persona que nos habló con franqueza e ilusión.
Pero por si esto fuera poco, quedaba lo mejor. Al final, bajó hasta donde estábamos, se puso nuestra insignia del Proyecto Livingstone, supongo, nos firmó autógrafos, se hizo fotos y se comprometió a contestarnos a nuestros próximos mensajes. ¡Increíble!
Mereció la pena chic@s, pero esto no acaba aquí...